Cuando se persigue un objetivo y se trabaja un tiempo considerable en él ,y se logra, uno puede creer que tiene que darle carpetazo y correr en pos de otro nuevo. Pero, curiosamente, contrariamente a lo que piensa, a menudo uno puede sentir un cierto descaimiento o encontrarse desconcertado un tiempo.
Lo mejor que se puede hacer en este caso es celebrar la meta lograda. Saborear la realización. Dejarse disfrutar. Y descansar un poco. Pronto volverá uno a sentirse como nuevo...