17 Apr
17Apr

¡Feliz Pascua! Aquí está el Domingo de Resurrección. Y qué significativo que este día siempre suceda en primavera. Como los árboles, uno puede comprobar que a su espíritu también le salen rebrotes que se preparan para hacer florecer aspectos de sí mismo. A cualquiera se le ocurriría entonces hacerse propósitos, a poder ser alcanzables. A mi los más interesantes me parecen: Reforzar mi Alianza con el Universo. Proponerme dejarle participar en más y más asuntos de mi vida, parecerme cada vez más a Él.

En este tránsito es especialmente importante identificarse y trabajar por fundirse a la Bondad en el mayor grado posible. Dejar a un lado las intenciones retorcidas y las actitudes ególatras, por supuesto sin que estas sublimes estrategias sirvan de excusa para no enfrentar los conflictos de uno y hacer lo posible por encontrarles soluciones serenas y justas para todos, uno mismo incluido. 

También es un momento estupendo para deshacerse de los dolores pertinaces, esos que alimentamos y creemos ser parte de nuestra identidad. Podemos aprovechar esta nueva energía que ahora surge para olvidarnos de ellos y darles boleto. Sacrificar esas terquedades en aras a una mejor fluidez y vibracidad. Puede que descubramos el cariño que les tenemos y lo que nos cuesta soltarlos: ahí está el trabajo que tenemos por delante.

Si nos decidimos, no habremos podido elegir mejor momento para adentrarnos en tamaño aventura.

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