Me he ido acostumbrando a ella. Y descubriendo lo práctico que es, en este querido proceso de limpieza nuestro - en la mediada que una vaya pudiendo - ir borrando el querer figurar e intentar acumular méritos a los ojos ajenos.
Ya sé que en este mundo que vivimos suena un poco raro pero, por lo que se ve, si una se empeña en ponerse primero y alardear de lo estupenda que es, le cuesta mucho más trabajo sentirse uno con el Todo.
En cambio, si una va superando su propia historia y no le da tanta importancia, conecta mucho mejor. Ese es el porqué de darle todo el mérito a Una e ir sustituyendo a la una, pequeña y quejica, por ella..
Guardo un inmenso respeto y admiración por muchos artistas medievales que, tantas veces, elegían no imprimir sus nombres de sus obras.